Los primeros meses después del diagnóstico - Diabetes Tipo 1 |
Cuando
alguien recibe semejante noticia, es probable que sufra un shock, ya
que suele ir acompañada de conceptos tales como “crónico” y
“limitación”, así como con creencias erróneas como que se trata de una
enfermedad de ancianos. Por otro lado a menudo irrumpe en la vida de la
persona de una forma totalmente inesperada, lo que la hace, si cabe, más
impactante. Algunos sufren más que otros pero no hay duda de que se trata de un elemento desestabilizante en vida de la persona que marca un antes y un después. Por tanto es necesario readaptarse suprimiendo ciertos hábitos, adquiriendo otros y modificando bastantes. Pero no nos engañemos, muchos otros acontecimientos de la vida (positivos o negativos) también obligan a ese esfuerzo. Soy consciente de que es difícil generalizar, máxime cuando nos referimos a hechos en los que cobra especial relevancia las características individuales. Así pues, la actitud que se tome ante esta nueva situación va a estar regida fundamentalmente por las peculiaridades de esta enfermedad (necesidad de aporte insulínico externo, adquisición de hábitos más o menos rutinarios, importancia de prever las consecuencias de ciertas decisiones, etc.), así como por factores relacionados con la personalidad (tendencia a la ansiedad, a la depresión…). Lo más probable es que, a partir de ese momento, el cuerpo (que antes era un mero soporte sobre el que organizábamos nuestra vida) pase a ser protagonista, obligando a la persona a ser más consciente de él y a revisar su correcto funcionamiento. Fenómenos que se repiten con frecuencia Ya he advertido antes que, cada persona, tiene una forma individual de vivir la nueva situación. Sin embargo, hay una serie de aspectos que se repiten con bastante asiduidad en las primeras semanas (o meses) tras el diagnóstico. Preguntas y más preguntas Uno de los más característicos es la irrupción masiva de todo tipo de interrogantes. Muchos de ellos orientados a “descubrir” la causa de la aparición de la diabetes. La persona intenta descifrar algo que le resulta incomprensible. Es frecuente que los endocrinólogos deban responder a cuestiones tales como: “¿Es porque comí muchos dulces?”. Resulta frustrante cuando los profesionales lo desmienten pero no pueden dar una explicación plausible al origen: “hay un componente genético, pero no todos lo desarrollan… se está investigando…” Otro grupo de incertidumbres, acaso más importantes, tienen relación con el futuro: “¿Podré…?”, “¿Qué secuelas me quedarán?”. A este respecto se tiene una idea más clara, pero no exacta de lo que puede llegar a suceder. Tener la convicción de que se va a curar La “luna de miel” es un fenómeno bastante frecuente al inicio de la enfermedad. Con su aparición, muchas personas puede tener la íntima convicción de que se van a curar. Deseo éste alimentado, en parte por conceptos erróneos sobre la diabetes, en parte por noticias llegadas por canales no adecuados (prensa, comentarios sacados de contexto, etc.). En este sentido se debe tener muy claro que cualquier avance plausible sobre el tratamiento será comunicado a través del equipo sanitario de referencia. Tendencia a “sobreinformarse” El tercer aspecto que se repite de forma obstinada tras el diagnóstico es la necesidad de informarse sobre todo lo relacionado con la enfermedad. En muchas ocasiones la lectura indiscriminada de textos relacionados con la diabetes, provoca el efecto contrario, es decir, la más absoluta desinformación. Ni todos los libros sobre diabetes ni los de autoayuda cumplen su cometido. Algunos evidencian las carencias didácticas de sus autores. Por eso es recomendable que sea el equipo diabetológico quien asesore a la persona sobre los textos que debe leer. Sugerencias Me propongo enumerar algunas orientaciones que puedan ayudar en esos momentos en los que la “persona” pasa a ser “persona con diabetes” con el objetivo de minimizar el impacto que este hecho pueda tener. Significado de cronicidad Muchas veces se equipara el concepto de “cronicidad” con el de “invalidez”. En lo que respecta a la diabetes, nada más lejos de la realidad. Si bien obliga a la persona a replantearse muchas actividades, no supone una traba insalvable a la hora de construir el estilo de vida deseado. La limitación no es algo absoluto, sino que presenta muchos niveles y matices. Incluso hay personas que, llevando adecuadamente el tratamiento, no se sienten condicionados por la diabetes. Se trata, entonces, de reorganizar las metas así como las estrategias que ayudarán a conseguirlas. También se suele establecer un paralelismo entre “cronicidad” y “para siempre”. El que sea una enfermedad crónica lógicamente no significa que estará presente hasta que la persona fallezca, sino que lo que quiere decir es que, hasta la fecha, la ciencia no ha sido capaz de encontrar el remedio que la cure. Por otro lado quisiera apuntar que no vale la pena invertir muchas energías esperando que haya una cura. Esa es una forma de perder el tiempo presente. Estas acotaciones son de gran importancia a la hora de determinar la actitud que la persona va a tomar acerca de la enfermedad. Por tanto una postura innecesariamente derrotista hará disminuir drásticamente la posibilidad de mantener una buena calidad de vida. Cómo adquirir la información necesaria Ciertamente alguien recién diagnosticado debe procesar una gran cantidad de información sobre la diabetes. Además debe hacerlo bajo la convicción de que dichos conocimientos son imprescindibles para el buen control de la diabetes y por tanto para evitar los riesgos de las posibles complicaciones. Esa presión a la que se somete puede entorpecer su aprendizaje e incluso bloquearlo. A mi modo de ver, alguien que se encuentre en esa tesitura debería tener presente una serie de cuestiones:
Buscar buenos apoyos Si se pretende lograr una buena calidad de vida, es fundamental contar con la gente que nos rodea. Se tenga diabetes o no. La mayoría de las veces sí, pero hay algunas en las que los recursos individuales no son suficientes para soportar una situación. Es entonces cuando la persona debe recurrir al apoyo de los que le rodean. Replegarse sobre sí mismo tiene como peligro la soledad y la angustia. En este sentido, los amigos y familiares brindan un soporte afectivo necesario en épocas de crisis. Los profesionales aportan los conocimientos que la persona va a necesitar y en las asociaciones de diabéticos se pueden encontrar las experiencias que sirvan como guía para resolver situaciones concretas. No sería prudente renunciar a ninguna de estas ayudas. Cada una cumple un papel distinto y complementario que puede ayudar a la persona a adaptarse mejor a su nueva situación.
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Iñaki Lorente Armendáriz Psicólogo. Col nº: N-0284 |
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