Fiebre y días de enfermedad
Sección
realizada por: Esmeralda Colino | Endocrinólogo
pediatra. Madrid
Ilustraciones: Lucrecia Herranz
Ilustraciones: Lucrecia Herranz
¿Cómo afectan las diversas enfermedades a la glucosa en sangre?
En general, la mayoría de las enfermedades van a aumentar los niveles de glucosa en sangre y por lo tanto los requerimientos de insulina se incrementarán. Si no se aumenta la dosis de insulina existe riesgo de tener cetoacidosis. Es importante realizarse controles de glucemia frecuentes e ir adaptando el aporte de insulina a los niveles de azúcar. También es recomendable realizarse controles de acetona.
Cuando se tienen vómitos o diarrea se produce una dificultad para retener nutrientes lo que conllevará a una disminución de la glucemia. En este caso probablemente precisemos disminuir los aportes de insulina.
Fiebre y necesidad de insulina
Normalmente cuando un niño tiene fiebre las necesidades de insulina aumentan. Esto se debe a un aumento de las hormonas que tienen un efecto contrario a la insulina durante los días de enfermedad. Los requerimientos de insulina pueden aumentar hasta un 50%. Generalmente, este aumento de las necesidades dura sólo los días de la enfermedad, pero en algunos casos puede prolongarse hasta una semana después de la curación.
Nauseas y vómitos
Cuando se tienen náuseas o vómitos se deben administrar lentamente líquidos para que estos sean mejor tolerados, ya que si intentamos dar grandes cantidades de líquidos las náuseas empeorarán. Además es recomendable tomar alimentos que contengan algo de azúcar. Las soluciones de rehidratación oral disponibles en las farmacias son la mejor opción. Sin embargo, muchos niños las rechazan por el sabor, en este caso se les podrían ofrecer “bebidas para deportistas” ya que contienen glucosa y sales minerales fundamentales para evitar la deshidratación. Si se sigue vomitando sin tolerar los líquidos se debe acudir a servicio de urgencias.
Gastroenteritis
Al retenerse pocos nutrientes se tiende hacia la hipoglucemia lo que conllevará a una disminución de los requerimientos de insulina. Esta reducción puede ser de hasta un 50%. No se debe suspender la administración de insulina totalmente.
En la gastroenteritis es muy importante evitar la deshidratación. Por ello se deben administrar líquidos muy lentamente para que estos sean tolerados. La cantidad de líquidos que se administra debe compensar la cantidad que se pierde por la diarrea. Como hay que intentar evitar las hipoglucemias, estos líquidos deben ser azucarados (soluciones de rehidratación oral, “bebidas para deportistas”, zumos...).
Hay que acordarse de medir los cuerpos cetónicos ya que estos pueden estar aumentados por el ayuno.
Ver capítulo: ¿Qué son los cuerpos cetónicos o cetonas y por qué se producen?
Como normal general se deben hacer controles de glucemia y de acetona cada 2 horas.
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